miércoles, 19 de mayo de 2010

ELEGUA



Sucedió en que en el reino de un monarca africano, cuando nació el primer primogénito de este, fue llamado por su padre “ELEGUA”. Cumplido los ocho años Elegua era precoz, osado, todo lo quería conocer, todo lo quería ver y por lo mismo, sus padres no podía controlarlo, cuanta la historia que un día caminando junto al mar, era escoltado por su guardia momento en el cual vio que un objeto brillaba al pie de una palmera, corrió entonces a tomarlo, aquel objeto tenia dos intensas luces en el lugar de los ojos y una nube blanca y leve salía de su boca. Al observar este extraño objeto se dio cuenta que era el fruto de un cocotero y quedó fascinado, oyendo en ese momento una voz que le decía "cuídame y líbrame de las polillas y los gusanos que querrán comerme con el tiempo; si me proteges, te daré salud y prosperidad". Prometiéndole el niño que mientras viviera lo cuidaría y fue así que lo llevo al castillo. Ya en el castillo le conto el niño a su padre y a la corte lo sucedido

El niño prometió al coco, cuidar de él mientras viviera y lo llevó al castillo. Allí contó su historia a su padre y a toda la corte, pero todos se burlaron de él y le faltaron el respeto jugando con el coco pelota, tirándolo de un lado a otro sin que Elegua pudiera evitarlo, el consejero del rey le dijo a éste: "tu hijo te dará problemas con esa imaginación que tiene, vamos a esconder el coco para que se olvide de ese invento". Pero ése mismo día el niño enfermó, y tres días después murió. La corte y todo el pueblo lloraron la muerte del príncipe y llamaron a un adivino que les dijo que un genio bueno que vivía encerrado en el coco había sido ofendido y ultrajado y que por eso había muerto el príncipe.



A partir de ese momento el rey, arrepentido, mandó venerar al coco y pedir su perdón y protección, pero los ojos del coco nunca más volvieron a brillar. Consultado nuevamente el adivino dijo: "debemos ponerle ojos, boca y oídos para que nos escuche y pueda hablarnos". Así que le incrustaron unos caracoles en el lugar de los ojos y el genio volvió a ver. Luego le incrustaron dos conchas en los oídos y el genio volvió a escuchar sus plegarias. Por último, le pusieron una boca y el genio habló y transmitió toda su sabiduria a aquel pueblo ignorante y lo perdonó. Aquellos caracoles que el adivino usó eran bucios, desde entonces los bucios, adquirieron el don y el poder de comunicar a los mortales sus designios a través de la adivinación, así como la voluntad de los espíritus de los muertos y la de los dioses. El coco, a quien pusieron el nombre del príncipe Elegua, fue desde entonces adorado y consultado con respeto por todos los sabios, adivinos y curanderos de todos los tiempos.

En la santería, el Elegua es la protección primera, ya que es él, quien abre los caminos para continuar en la religión. Los no iniciados o aleyos deben recibirlo o consagrarlo como primero. Es la vista que sigue un camino, se convierte en un guerrero temible y feroz cuando se une a Oggún y Oshosi, nada lo detiene. Elegua es uno de los primeros Oshas u Orishas que se recibe. Es un Osha del grupo de Orisha Oddé, a los que se le llama Los Guerreros.

El es el primero de los guerreros junto a Oggún, Oshosi y Osun. En la naturaleza está simbolizado por las rocas. Eleguá vino al plano terrenal acompañando al Osha Obbatalá. Es considerado el mensajero fundamental de Olofin.

El Elegua Vive en la mayoría de los casos detrás de la puerta, cuidando el ilé de quien lo posee. Dueño absoluto de los caminos y el destino, es quien cierra o abre el astral para la felicidad o infelicidad de los seres humanos. Siempre se deebe contar con él para realizar cualquier cosa. Es el portero de la sabana y el monte.Es un Osha que se asienta, va a estera el día del itá de Osha y habla por el diloggún. El signo principal del Olosha está determinado por su conversación y la del ángel de la guarda. También es el intérprete principal de las letras del sistema del oráculo del diloggún y juega un rol fundamental en los subsistemas del oráculo de Biangue o Aditoto. Es entregado por Babaloshas e Iyaloshas. Ha sido el único que ha ido y regresado del mundo de Ará Onú. Ganó suficientes privilegios de parte de Olofin, Obbatala y Orunmila para ser el primero en ser atendido. Su mano de caracoles es la mayor, ya que consta de 21, estos son también el número de sus caminos. Le pertenece por excelencia junto a Obbatala el oráculo del coco (Obí).Su número es el 3, sus colores el rojo y el negro. El lunes y los días 3 de cada mes son sus días. En el sincretismo se compara con el Santo niño de Atocha (1ro de Enero).

Su celebración es el 6 de Enero y el 13 de Junio.


Se saluda ¡Laroyé Elegua!

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